La Obra Pontificia de Infancia Misionera lleva más de 170 años dedicada a formar a los niños en launiversalidad de la misión y en la necesidad de dar a conocer el amor de Jesús; iniciarles en eldesprendimiento y la generosidad; llamar la atención sobre los niños que sufren, el hambre y las deficientes condiciones sanitarias y de salud, las carencias educativas, las situaciones de guerra y conflictos armados, la esclavitud laboral, el abandono social, la explotación sexual y tantas otras lacras que sufren los niños.
Durante todos estos años y sin hacer discriminación de raza, cultura o nación, los niños de la Infancia Misionera han prestado ayuda a millones de niños de todo el mundo para su alimentación, su vestido y salud, para la protección de sus vidas y educación escolar y, sobre todo, para su nacimiento, crecimiento y maduración en la fe y vida cristiana.
Infancia Misionera promueve entre los niños:
La cooperación espiritual mediante el ofrecimiento del testimonio de la propia vida cristiana, la oración y pequeños renuncias por las misiones;
La cooperación material a través de la “ofrenda misionera”, en la que se materializa la ayuda económica que aportan los más pequeños;
Y la cooperación voluntaria en servicios misioneros, colaborando en todas las actividades misioneras que lleva a cabo la Infancia Misionera.
Infancia Misionera es, en definitiva, una Obra del Papa que promueve la ayuda recíproca entre los niños del mundo y forma, dentro de la Iglesia, una red de solidaridad universal cuyos principales protagonistas son los niños que se convierten en pequeños misioneros.
Coloreamos el laberinto y descubrimos todas aquellas acciones positivas y que nos hacen ser mejores personas.